sábado, 2 de agosto de 2008

Mi impresión sobre...Whitesnake


El otro día, el jueves 31 de julio para ser más concreto, me acerque por la Riviera para atender los cantos de sirena de Coverdale y su grupo que me prometían por lo menos un par de horas de rock con sabor ochentero de muy alta calidad. A pesar de la patada en los huevos que significaba la entrada (en torno a los 35 eurazos) me animé a pagarla basicamente por dos razones: 1. Whitesnake posiblemente sea uno de los cinco o seis grupos santos de mi devoción, a los que permito practicamente todo, sobre todo por tener una carga emocional para mi muy notable. 2. Las otras veces que les he visto realizaron conciertos no brillantes pero si más que correctos y muy entretenidos (por lo menos desde mi perspectiva) aunque si es cierto que de los tres conciertos anteriores el mejor fue el primero y el peor el último, saquen sus conclusiones.

El caso del asunto es que después de tomar unas cuantas cervezas pre-concierto entramos a la Riviera (también conocida como el horno infernal) justito unos minutos antes de que Coverdale y su huestes comenzaran la actuación. Un colega me comentó que las críticas de Barcelona no habían sido muy positivas, con lo cual iba un poco con la mosca detrás de la oreja, pero decidí apartar cualquier tipo de prejuicio y me dispuse a disfrutar del concierto en sí sin pensar en nada más. Craso error. Sobre todo porque no disfruté en absoluto, de hecho me pareció una tomadura de pelo bastante gorda. Paso a explicar las razones.

Primera y fundamental: Coverdale es Whitesnake y Whitesnake es Coverdale. A nadie escapa que el maestro de funciones del grupo es su fundador y su "dueño" (porque lo es). Si este falla, el grupo falla. Y esto es exactamente lo que pasó. Con la voz estropeadísima (me daba la sensación que cansadísima) no hacia más que apoyarse en los coros e incluso llevaba algunas partes que parecían estar grabadas, Coverdale no era más que una sombra de lo que fue un dia. Intentando animar continuamente pero sin nada del feeling de antaño, abusando enormemente del "Karaoke" con el público, parecía mas una caricatura de si mismo que la figura legendaria dentro del mundo del rock que es.

Segunda: El grupo, quitando algunas partes del concierto daba la sensación de estar allí más para cumplir que para ofrecer un buen concierto. En todo momento desmotivados los fallos se acomulaban uno tras otro, despropósito tras despropósito, sin ningún atisbo de si no la brillantez si la competencia que se les supone como buenos profesionales.

Tercera: El set-list. Se apoyó bastante en las canciones del nuevo disco, llegando a tocar hasta cinco canciones de él, que yo recuerde. El problema es que estas canciones no tienen el tirón de las antiguas ni de lejos, lo cual se notó y mucho en la reacción del público. Nos guste o no la gente a Whitesnake va a escuchar sus clásicos, y no una colección de canciones nuevas que no pasan de ser correctas, y que ni siquiera lo parecieron por una ejecución con una enorme falta de corazón.

Cuarta: El problema que siempre hay en la Riviera. Un pésimo sonido acompañado en esta ocasión de un manejo de la mesa del mismo pésimo, con guitarra y bajo acoplándose continuamente, siendo la mayor parte del concierto una masa irreconocible de ruido

Quinta: Los solos, tanto de guitarra como de bateria, que se suponen irrenunciables en un grupo con un cantante mayor que necesita periodos de descanso, se mostraron primero excesivamente seguidos y segundo faltos de carisma en todo momento.

En resumen, una noche que podía haber sido mágica se quedó en una muestra de que este es otro grupo más que debería retirarse. Ya se sabe que su época de gloria ya pasó y que nunca volverán a ser los que eran, es evidente, pero David Coverdale demostró en esta ocasión ser incapaz de hacer justicia a su propio legado. Una auténtica lástima, sobre todo para mi, que siempre he experimentado un cariño especial por este grupo. Por lo menos siempre quedaran en nuestras minicadenas discazos como Love Hunter, Ready n´Willing y 1987.

1 comentario:

vcucho dijo...

Bueno al menos pasastes una noche acompañado de gente roquera y buenos colegas roqueros también.
La crítica que expones,me recuerda mucho a la que me dijistes cuando fuimos al concierto de Guns and Roses en el Ifema,hará un par de años, que el grupo estaba tocado,que faltaba la estrella del grupo,que el cantante fallaba,vamos que estaban acabados.
Vamos que menos la acústica que te gustó el resto es como Whitesnake.
La verdad es que todo se acaba, y estos grupos ochenteros,siempre quedarán en nuestros corazones y en la discografia de los amantes del rock bueno.