martes, 30 de junio de 2009

Mi impresión sobre... Good



Tiempo hacia que quería escribir una crítica acerca de esta película que fui a ver hace unas semanas, y ahora que tengo un momentito creo que es hora de ponerse a ello. Lo primero que hay que decir es que cuando entré a verla solo lo hice debido a que el breve argumento leído en el periódico esa misma tarde me resultó a priori atractivo, aunque era perfectamente consciente que el asunto podía acabar en desastre. Digo eso porque la Alemania Nazi ha sido tratada tantas veces y la mayoría de ellas de forma tan maniquea que uno ya desconfía por inercia de películas así, a pesar de que las siga dando una oportunidad una y otra vez, debido sobre todo a que si el tema es tratado con inteligencia puede dar mucho de si en una historia.

Una vez dicho eso aclarar para aquellos que no la hallan visto que la historia gira en torno a un profesor de literatura en la universidad de la Alemania de la década de los treinta que aunque en principio está en contra radicalmente del regimen nazi, poco a poco se ve empujado a su adhesión a él. Dicha historia, en principio simple, fructifica en un relato sorprendemente denso y complejo que tiene un número de lecturas practicamente infinitas de la forma en que lo plantea el director Vicente Amorim, que reconozco es un absoluto desconocido para mí. Viggo Mortensen interpreta al protagonista, el profesor John Halder, en una de sus más brillantes actuaciones hasta el momento (y eso es mucho decir, en un actor que a sus espaldas tiene películas magníficas como Promesas del Este o Una Historia de Violencia), y es apoyado por un grupo de secundarios brillantes del primero al último.

El director ejerce un trabajo en el que sin duda ha primado la dirección de actores, ya que formalmente la película es meramente correcta, sin ningún tipo de apuesta visual innovadora o extrema, lo cual se deja notar en todas las características propias de la producción de películas (iluminación, vestuario, decorados, etc) que Amorim, sabiamente, usa de una forma casi costumbrista siendo perfectamente consciente de la fuerza de la historia que se trae entre manos. Dicha historia, evidentemente, reposa en el trabajo de los actores, soberbios del primero al último. Realmente hacia tiempo que no veía una película que tuviese un plantel tan completo y competente.

La fuerza de la historia, como ya he dejado caer, atrapa al espectador del principio al final, basándose la mencionada en la tremenda empatía que es capaz de sentir el mismo con respecto al protagonista de la historia, factor que aumenta el impacto de los acontecimientos del film en la conciencia de dicho espectador. Posiblemente sea ese el mayor merito de Mortensen; en ningún momento desnaturaliza al personaje que interpreta, sino que le hace parecer tan humano como cualquiera de nosotros, lo cual hace mas desasosegante todo lo relacionado con los acontecimientos que ocurren a su alrededor. Nos muestra a un hombre básicamente bueno arrastrado por una circunstancias que le envuelven sin que él parezca ser capaz de hacer nada, haciendo bueno el dicho "para que el mal triunfe, solo es necesario que un hombre bueno no haga nada".

Desde otro punto de vista, el film nos enseña como es posible que la Alemania de la república de Weimar, que tenía fama de ser la más culta de la historia, acabase siendo empujada al abismo por los desvaríos de un loco llamado Adolf Hitler. La lección de historia casi social que nos da la película es en ese sentido magistral y hace reflexionar sobre la auténtica naturaleza y el valor de la denominada cultura. Nos muestra la Cultura así, con mayúsculas, no ya como una especie de escudo protector ante los planteamientos ramplones e infantiles, que es a fin de cuentas lo que viene a ser los razonamientos nazis, sino como un elemento más que, ante el convencimiento de la mayoría en esos planteamientos, por simplistas que sean, se doblega y muestra no mas resistencia que un folio de papel de arroz. El convencimiento de que la cultura es así una defensa contra la barbarie no es más que una de las mentiras que nos contamos para dormir más tranquilamente por las noches, parece querer decirnos el argumento de la película.

Los dos planteamientos anteriores son, pro supuesto, solo opiniones mías y razonamientos que he extraído de ver esta magnífica película, y no dudo que halla otros posibles puntos de vista que también se extraigan de la misma. Así que, amiguitos, animo a todos los que esto leéis que vayáis corriendo al cine a ver esta peli, o bien a bajárosla de Internete, ya que personalmente considero que es de las que más vale la pena de lo que va de año, por no decir la que más. Por si no había quedado claro.

He dicho.

martes, 9 de junio de 2009

Y volvieron los mas grandes...

A menos que hayáis estado en otro planeta ya os habréis enterado de que el viernes pasado fue el concierto de AcDc en los madriles, concretamente en el estadio Vicente Calderón, donde los seguidores del Atleti sufren fin de semana si y finde también, si es que el furbol es lo que tiene. A lo que iba... ¿A que no sabéis quien estuvo presente en tan magno evento? Pozi, vuestro más seguro servidor... o sea yo, vamos.


We salute you!!

¿Qué queréis que os cuente? Los que me conocéis sabéis de sobra lo que me gusta AcDc. Siempre he dicho que si no te gusta el grupo de Angus Young es que no te gusta el rock, así de simple. Lejos de poses típicas de los grupos heavies, que van de somos-tios-duros-aunque-lo-más-cerca-que-hemos-estado-de-una-situaciçon-problemática-es-cuando-nos-hacemos-la-manicura tipo Maiden o Judas Priest (y que conste que también me gustan), el grupo capitaneado otrora por Bon Scott rezuman buen rollo por todas partes. Hace unos meses un amigo me comentaba lo que pegaban AcDc en el loro del coche mientras tomabas con los colegas tranquilamente unas cervezas. Y es exactamente eso lo que mola del grupo. No van de superestrellas o de tios pretendidamente serios y culturetas, sino de tíos de barrio que solo buscan pasárselo bien y hacérselo pasar bien a la peña. Si vas a verles pretendiendo analizar sus técnicas musicales o buscando un concierto objetivamente redondo mejor que te quedes en casita abrazado a tu novia o muñeca hinchable favorita... AcDc solo te van a ofrecer rock n roll, chico, si no te gusta, metete la cabeza entre las piernas y besate el culo...

Y después de esta ardorosa defensa del que es el mejor grupo del mundo (y punto) poco más hay que comentar del concierto. Conseguí colarme en las primeras filas sin demasiado esfuerzo y salté, canté y grite todo lo que pude. Había momentos en que la lluvia caía tímida o no tan timidamente pero nos daba igual. Brian fue el mas descriptivo de todos cuando levanto su dedo corazón al cielo en el tradicional gesto que venía a decir algo así como "aquí estamos disfrutando del concierto, ya puedes llover todo lo que quieras que no nos vas a echar". En pocas palabras el concierto fue la hostia bendita, como solo puede ser el caso cuando son los australianos los que tocan.

Y pensar que me queda menos de un mes para volver a verlos...

martes, 2 de junio de 2009

Mi impresión sobre... Superman: Hijo Rojo


Ayer mismo terminé de leerme este flamante tomo editado por Planeta hace bien poquito y que recoge la miniserie de tres números ya editada en EEUU hace un par de añitos (o más) y que había sido editada con anterioridad por Norma, momento que no había aprovechado para hacerme con ella por cosa básicamente de pelas y porque realmente no me parecía una compra acuciante, ya que Superman nunca ha sido de mis personajes favoritos, a pesar de que como guionista del presente tomo figura Mark Millar, para mí uno de los escritores más solventes del medio.

Bueno, el caso es que con la nueva edición me he animado a pillármelo, básicamente por pura curiosidad. Había oído críticas muy malas y bastante buenas, y ante tal divergencia de opiniones uno, que es bastante morboso, no ha podido resistirse. Todo ello a pesar de la penosa edición de Planeta en tapa dura de la obra, que en mi opinión hace bastante incomoda la lectura y otorga al comic una importancia que en sí que no tiene, la verdad.

Bueno, resumen rápido del comic en cuestión. Es lo que se llama en USA un "Elseworlds", usease, que cuenta una historia imaginaria acerca de una personaje más o menos conocido. De acuerdo que todas las historias de los comics son imaginarias, pero me refiero a que los personajes están sacados de su continuidad original y metidos en otras circunstancias históricas o sociales. Lo que hace gracia del asunto es a ver como funcionan personajes muy famosos sacados de sus entornos típicos. El caso de esta historia es bastante ejemplar en este sentido, ya que la premisa es algo así como ¿que hubiera pasado si Superman hubiese aterrizado con su cohete en la Rusia estalinista en vez de en los campos del Texas estadounidense? Como supongo que todos sabréis la historia de Superman a grandes rasgos, no hace falta explicar lo del cohete ni nada de esto, así que me lo ahorro.

Bueno, pues el caso es que dicha premisa promete muchas cosas a priori. La historia puede enfocarse desde el punto de vista de análisis puramente político y social, que bien llevada puede dejar una historia bastante chula, sobre todo si tenemos en cuenta que Millar no es el típico americano estrecho de mente que piensa que el comunismo es el demonio o algo así. De hecho ni siquiera es americano, es inglés. Debo confesar que esta es la premisa que yo me esperaba, algún tipo de análisis histórico, político y social del comunismo. Tonto de mi, me había olvidado que era Millar el guionista.

No malinterpreteis esto. Millar es un tío muy entretenido a la hora de escribir. Cuenta historias bastante dinámicas y bien llevadas. Vamos, que entretiene, y bastante. Pero el caso es que de eso rara vez pasa. No es un guionista especialmente profundo ni que se entretenga en las motivaciones ulteriores de tal o cual personaje o que realice profundos análisis acerca de las condiciones sociales o políticas que llevan a las circunstancias que rodean a la historia. Se limita a ser un tío que cuenta historias muy entretenidas y que, definitivamente, en su desarrollo no aburren en absoluto. Y lo consigue. Que tal como está el mercado no es poco.

Y eso es lo que hace en este comic. Cuenta una historia sencilla muy bien contada. Realmente se puede decir que lo que hace es bucear en lo que él considera la esencia del personaje principal, Superman, y en la de su eterno archienemigo, Lex Luthor. Ellos dos son los auténticos protagonistas del comic, estando el resto de personajes supeditados a su actuación y su personalidad, incluso en el caso de personajes tan importantes como Batman o Wonder Woman. Otra cosa es que estés de acuerdo o no con tal enfoque, tanto el que da a Superman, al que retrata como alguien cuyo leit motiv es hacer lo correcto (o lo que él piensa que es correcto), como el que da a Luthor, al que retrata como a alguien cuya motivación fundamental es enfrentarse a Superman por considerarle su auténtico rival en todos los aspectos. De hecho, esa interpretación, un tanto simplista de los personajes principales, posiblemente sea lo que irritó a mucha gente que se lo leyó en primera instancia. O quizás no, quien sabe.

En cuanto al dibujo, Dave Johnson se revela como un dibujante correcto, apoyado en su punto fuerte, que es una narrativa muy atractiva, y en conjunto un dibujo agradable que hace que la historia se lea con soltura y fluidez. El color, el entintado, la rotulación... todo correcto, sin destacar nada en sentido positivo o negativo, la verdad.

Resumiendo, un comic entretenido que no te aburres leyendo pero que está lejos de ser ninguna obra maestra. Ideal si quieres introducirte en las características básicas de los personajes pero enormemente desaconsejable si buscas una historia densa y profunda. De todos modos, ¿que tiene de malo el puro entretenimiento? Exacto, nada...

He dicho.