jueves, 29 de enero de 2009

Mi impresión sobre...Hulk: Futuro Imperfecto

Debería haber titulado a esta mi semana Hulk, pero pensando en el personaje del que han tratado los dos últimos posts no he podido resistirme a la tentación de comentar un poquito una de las obras que hicieron que me enamorase del personaje hace algunos añitos ya (jo, como pasa el tiempo sin fijarnos). Por cierto, aviso que el siguiente post también trate muy posiblemente de este personaje. Quizás a partir de ahora haga semanas temáticas...

Situemonos un poco. En la larguísima etapa de Peter David en la colección del gigante esmeralda el guionista le hizo pasar por una serie de encarnaciones que respondían cada una a una personalidad distinta. Si habéis leído los posts de estos últimos días sabréis de lo que hablo. Si no, a leerlos, perracos. Bueno, pues el caso es que posiblemente la etapa que más brillantemente resultó de toda la estancia de David en la colección fue aquella en la que Doc Samson (el psiquiatra oficial del universo Marvel) conseguía unificar las diferentes personalidades de Hulk, incluida la de Bruce Banner, en una entidad super grande, super lista y super verde. En teoría para David esta era la versión definitiva de Hulk, al estar fusionadas todas sus personalidades en ella, aunque luego vino Paul Jenkins (otro guionista) para desdecirlo, pero para eso durante la historia que voy a tratar todavía quedaban algunos añitos.

El caso del asunto es que el argumento de la historia más o menos era el viaje en el tiempo de Hulk a un futuro post apocaliptico en el cual un tirano gobernaba la única ciudad que quedaba que podía habitarse de forma más o menos humana. El resto del mundo (al menos por la idea que nos transmite la historia) era un yermo radioactivo. Bueno, hasta aquí nada nuevo, un argumento mil veces repetido en un millón de historias. La gracia estaba en que ese tirano que gobernaba con mano de hierro la ciudad no era otro que.. la versión futura de Hulk, la cual había adoptado el nombre de "El Maestro". David jugaba con la idea que la misma radiación que había creado a Hulk le había alimentado durante cerca de un siglo mientras se desarrollaban las guerras nucleares hasta hacerse virtualmente invencible.

La historia apenas ocupa unas 90 páginas, pero su impacto en el desarrollo posterior de Hulk (al menos mientras siguió en las manos de Peter David) fue inmenso. Y no era para menos. ¿Cómo reaccionaríais vosotros si supieseis que en el futuro os vais a convertir en un déspota a la altura de Hitler? Cualquier persona con un mínimo de moral aborrecería la idea. De este modo comprenderéis el impacto que tuvo dicha experiencia en la vida del gigante esmeralda.

Pero este comic no solo tiene valor extrínseco, esto es, valor por las consecuencias del mismo en el desarrollo posterior del personaje, sino también un enorme valor intrínseco. El guión está perfectamente estructurado, dotando a las partes dramáticas del peso exacto que le corresponden y aliviándolas adecuadamente con toques puntuales de humor tan propios del guionista del que estamos tratando. Los diálogos son de lo mejorcito salidos de la pluma del escritor. Ágiles, nivelados, dotando de personalidad a cada personaje y enormemente útiles para que el lector se haga una idea de como es el mundo que nos presenta la historia sin necesidad de caer en la descripción pormenorizada. Y el dibujo... bueno, el dibujante es George Perez. Para los que no leáis comics el nombre no os dirá nada, pero para cualquiera que si lo haga inmediatamente identificará el peso de tal autor. A menudo se le ha denominado el dibujante por antonomasia del género superheroico, y aunque quizás esa expresión sea un poco exagerada (hay muchos estilos que encajan con este género) sin duda enseguida uno entiende porqué se dice. Anatomía equilibrada perfectamente, narrativa fluida y eficaz, localizaciones trabajadas y bien enfocadas y un nivel de detalle en cada viñeta que sin duda no tiene ningún otro autor, ni americano, ni europeo ni japonés. Muy adecuado de hecho este detalle para cierta escena en la que sale una sala de trofeos que vienen a ser una colección de útiles, trajes y todo tipo de elementos de los superheroes de la Marvel (recordad que en este futuro no ha sobrevivido ningún superheroe a las guerras nucleares exceptuando al propio Hulk llamado ahora Maestro). En esa sala se ven objetos como el martillo de Thor, el escudo del Capitán América, el esqueleto de adamantium de Lobezno o el visor de Cíclope, por poner solo un ejemplo de los elementos presentes en dicha escena que ocupa una doble página. De hecho recuerdo que la primera vez que leí el comic estuve cerca de hora y media intentando identificar los diferentes objetos de la sala en cuestión. Y no exagero para nada, os lo aseguro.

En conclusión un comic excelente en todos sus aspectos, hecho con un cariño especial por todos y cada uno de los personajes que aparecen, además de con un evidente esfuerzo en su desarrollo tanto argumental como gráfico que cualquier lector, tanto novato como veterano, agradecerá. A ver cuando lo reeditan guapamente en yanquilandia, que la reedición española es para echarse a llorar...

He dicho

2 comentarios:

Shane 54 dijo...

joe, te has puesto VERDE de envidia....jajaja

soy gracioso ehhh


Bueno, deprime un poco ver como escribes, el otro día casi no fuy capaz ni de escribir la cara de un folio, joer, como pasan los años, jajaja

Bueno, hablando de Hulk, la verdad es que nunca le he prestado atencion, y eso que es llamativo, pero no se ...es un Superheroe curioso como Papa Rabioso...
joe si rima y todo, si al final voy a ser ecritor, va que no..

vcucho dijo...

jajajajaja más que escritor,poeta, esa última rima me ha llegado muy adentro,jeje.
Hulk es inmortal,una guerra nuclear no le afecta,madre mía!!!vaya bicho.
Tanque escribe un libro ya,aunque sea de HUlk.