jueves, 15 de enero de 2009

Mi impresión sobre...Cuestión de Honor

Ocupado, ocupado, ocupado... esta semana estoy liadísimo con trabajos para la facultad y estas cosas, he ahí la razón de mi escaso volumen de posteo. De todos modos intentaré que a partir de la que viene la cosa se normalice, porque entre navidades, enfermedades, trabajitos para la facul y paginas por... errr, lecturas personales, quiero decir, no he podido prestar toda la atención al inventito este como se merece. Después de esta pseudo disculpa, al tajo...

Dos razones había principalmente para ver este película. Una se llama Edward Norton. La otra Colin Farrel, que por mucha manía que le tenga mucha gente (eso de ser auténtico se paga, Colin) a mi me encanta cuando trabaja. El director, un tal Gavin O' Connor admito que me es un ilustre desconocido. Me suena que dirigió una película con Kurt Russel hace algunos añitos que se llamaba El Milagro o algo así, pero no me hagáis mucho caso, que ni siquiera la he visto.

La película, por trailers y demás información reunida de aquí y de allá, tenía pinta de ser algún tipo de thriller de policías y mafiosos de los que tantas buenas películas se han hecho en Hollywood y se harán, que el tema es enormemente rico a poquito que quieras rascar un poco. Animado por todo esto, que uno siempre ha tenido querencia por este tipo de pelis, me animé a entrar en la sala dispuesto a disfrutar de una película que prometía. Y la verdad es que no me decepcionó. Paso a explicar porque.

El argumento no es demasiado original. Norton y Farrel forman parte de una familia con una tradición de miembros en el cuerpo de policía bien arraigada encabezada por el padre, un correcto, como siempre, John Voight. El argumento juega con los conceptos, tan recurrentes como interesantes en este tipo de películas de la lealtad familiar, el honor y la ética en un trabajo que posiblemente sea uno de los mas desagradecidos de la sociedad. Si no estáis de acuerdo preguntadle a cualquier policía, a ver que os cuenta. Bueno, que me desvío. Prefiero no revelar mucho del argumento, pero aquellos de vosotros que halláis visto más de tres películas en vuestra vida sabréis por donde posiblemente vayan los tiros. Desde luego el argumento, aunque bien llevado, con buenos diálogos, buen retrato de personajes y un manejo de la tensión justa, resulta bastante tópico y manido, por lo cual no es lo mejor de la cinta, aunque en ningún momento se transforma en un lastre, no me entendáis mal.

La dirección en sí también es correcta. Una iluminación y una paleta de colores realista transmiten la sensación de suciedad apropiada a este tipo de cintas. Una buena economía de planos y un montaje con ritmo y gracia conforman un grupo de características que ya quisieran para sí muchas de las películas de nuestra cartelera. De hecho en ese aspecto su mayor merito es que el director no busca pecar de personalista o rompedor, ya que comprende perfectamente que el relato no lo necesita y que el espectador solo se sentiría confundido por una dirección demasiado personal, cuando todo el desarrollo de la película invita a centrarse en las relaciones interpersonales de la familia protagonista.

Y es precisamente en este aspecto donde se halla el mayor éxito de la película, en una dirección de actores notable. Todos los integrantes del reparto son actores con una experiencia más que notable a sus espaldas a pesar de la juventud de algunos de ellos. Si a este elemento le sumamos el talento natural de la pareja que destaca en el cartel de la película, Edward Norton (posiblemente el mejor actor de su generación) y Colin Farrel (que si, me parece un actor muy talentoso, por mucho que en el gafapastoso País Semanal se metan con él) tenemos la guinda perfecta para una película muy disfrutable. El resto del reparto no le anda a la zaga, aunque si tenemos que destacar a alguien sería Noah Emmerich, actor poco conocido por gran público (los astros deciden quienes serán unas superestrellas en Hollywood y quienes unos secundarios de lujo) , que realmente lo borda como tercer policía de la familia.

En resumen, una buena película que ofrece un rato muy agradable al espectador y en la cual se puede apreciar que en el cine, aunque se desarrollen argumentos vistos de una forma u otra una y mil veces, si tenemos buenos actores y un director que les sepa sacar partido, nos dará como fruto un relato que no insulte a nuestra inteligencia y con el que saldremos del cine sin tener la sensación de haber tirado siete leuros a la basura.

2 comentarios:

Shane 54 dijo...

Pues si..Estoy de acuerdo.

PD: voy a tener que ver la peli y to...

Pero no hablas de tias...no me gusta tu actitud...te estas desviando....

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vcucho dijo...

YO la he visto y coroboro lo que dice tanque,muy buenos actores,entretenida,animada y porque no talentosa.
A mí me gustó el mensaje de como unos polícias que son los amos de las calles,los justicieros,los jueces de los barrios,pero para imponer la ley y hacer que todo vaya en orden,pero aquí se ve como los polis pueden ser avariciosos y desiquilibrados mentales.La verdad es que ser policía hay que valer,y yo los tengo un respeto brutal,claro está hay policias y policias.