lunes, 10 de noviembre de 2008

MI impresión sobre...Transsiberian


Después de unos cuantos días sin actualizar el blog (circunstancias ajenas a mi voluntad me han obligado a ello, entre ellas teniendo un lugar destacado la castiza costumbre de tocarse los huevos) me decido a realizar una nueva aportación de sabiduría a este mi rinconcito del ciberespacio. Por cierto, siempre me ha resultado enormemente graciosa esa expresión.

El viernes pasado fui al cine con un grupejo de amigos a ver la película Transsiberian por propuesta mía. Mi principal interés radicaba en el director de la cinta en cuestión, Brad Anderson, que a pesar de tener una filmografía realmente corta (tres películas, de las cuales yo solo he visto dos) me parecía sobre todo gracias a la excepcional "El Maquinista" un director con las ideas claras, una puesta en escena arriesgada pero enormemente atrayente y sobre todo cierto punto original para contar historias más o menos conocidas. De hecho hoy día para mí esto último es lo mejor que se pude decir de un director, un escritor o cualquier tipo de narrador, ya que como diría mi abuelo, en el plano de argumentos puro y duro "está todo inventado", o por lo menos lo parece. Actualmente es mucho más interesante como se cuenta una historia que la historia en si, ya que el espectador actual minimamente avezado ha visto practicamente de todo.

Entré en la sala bastante ilusionado, la verdad. No me esperaba otro "El Maquinista" pero si una película por lo menos superior a la media. Y el resultado final es... decepcionante. Y no me resulta fácil decirlo, debido sobre todo a que implica que en parte debo tragarme el orgullo de haber sido yo el que quería ver la película, no se si me explico. Pero la triste verdad es que el resultado final es exactamente eso, decepcionante, sobre todo por lo manido que parece todo de principio a fin. Tanto los personajes como las situaciones son excesivamente tópicas y predecibles, por no decir muchas de ellas desconcertantes por la falta de lógica interna de la propia película. Los actores hacen lo que pueden con tan pobre material, y admito que todos ellos están aceptables, pero poco más puedo decir. Destacar quizás a Eduardo Noriega por su buen nivel de inglés, aunque no deja de chirriar que el guión le obligue a meter cada dos por tres palabras en español, lo que puede quedar (y de hecho queda) muy bien en un comic o una novela, pero en imagen real no deja de ser incluso cómico en situaciones que no deberían tener nada de ello. El resto del reparto hace lo que puede con tan pobre punto de partida, insisto. No deja de dar un poco de vergüenza ajena que actores de la talla de Ben Kingsley o en menor medida Woody Harrelson se vean abocados a sacar petróleo de tan pobre historia.

Pero posiblemente el punto más irritante para mi es la dirección en sí. Una puesta en escena tremendamente clásica que peca posiblemente de todo lo malo de dicha propuesta y no saca nada de lo bueno. La primera parte, en la que se conocen los personajes principales, es enormemente larga. Es obvio que el director pretende iniciar una tensión creciente que estalle en el momento del crimen cometido en la película y que actúa como auténtica válvula de funcionamiento de toda la historia. Sin embargo poca tensión se transmite al espectador, y precisamente ahí radica uno de los fallos del film, que el crimen al que hago referencia al final ni se muestra como punto de llegada de la introducción ni como punto de inicio del grueso de la película. Al espectador realmente le da un poco igual lo que ocurre, y eso no es más que reflejo del fallo de ritmo de la película, la insistencia en planos medios y largos, cuando quizás hubiese sido más correcto en busca de esa tensión planos sobre todo cortos y rápidos, con un movimiento de cámara bastante menos repetitivo. El resto de la película peca del mismo defecto. El movimiento de cámaras, la situación de las mismas, incluso la fotografía chirría básicamente porque en ningún momento el espectador identifica inconscientemente lo que está pasado en la pantalla con la historia que se cuenta. No hay sensación de urgencia, ni de prisa, ni siquiera de tensión. Brad Anderson trata de romper un poco con su propio lenguaje narrativo y trata de introducirse en recorridos más clásicos, y por desgracia su apuesta resulta fallida.

Poco más que decir acerca de la cinta Transsiberian. Si algún día la echan en la tele y no tenéis nada que hacer la podéis ver sin problema, por lo menos pasas el rato. Pero pagar los siete eurazos que cuesta ya el cine (la crisis, la crisis...) no vale la pena.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si alguien va a verla k no se lea la sinopsis antes!!!!
Claro k gracias a eso yo si k tuve tensión y no m kedé dormida en la primera parte como el resto de la sala!!Me pasé toda la peli esperando algo k nunca llegaba y mi perversa mente veia cosas k no existían...

vcucho dijo...

Según la poneis yo no iré a verla,gracias por avisar.