viernes, 5 de diciembre de 2008

Mi impresión sobre... Alter Bridge



El miércoles pasado estuve en el concierto de Alter Bridge en Macumba, sala recientemente cerrada por el alcalde y aun más recientemente cerrada. Nunca llegaré a entender ese tipo de cosas, por cierto, pero ese es otro tema.

El caso del asunto es que para los que no los conozcais, la mayoría seguramente, se trata de un grupo de origen yanqui y que tienen dos discos en su haber. Menos el cantante todos son ex miembros de Creed, grupo que a pesar de que en España fue poco escuchado en EEUU tuvo a principios de esta década un éxito bastante importante en el país de la tarta de manzana. El caso es que debieron salir mosqueados con el cantante de su anterior banda y decidieron juntarse lejos de su sombra y llamarse Alter Bridge. Eso fue tal que en el 2004, año en que sacaron su primer disco, One day remains y el año pasado, el 2007, el segundo, Blackbird.

Debo confesar que los descubrí un día casi por casualidad y desde entonces me llamaron la atención bastante. En disco sonaban a una banda con buenas ideas, excelentemente producida, potente y melodiosa a un tiempo. Por todas estas cosas me decidí a irme a verlos en esta, la tercera visita que hacen a España. Y la verdad es que puedo confesar que no me arrepiento en absoluto.

Después de haber tomado las típicas cervecillas preconcierto nos encaminamos a la sala y lo primero que nos llamó la atención fue la poca gente que había presente. Bastante menos de la mitad del aforo había esa noche. Sin duda el hecho de que fuera miércoles ayudó mas bien poco a que la gente decidiese ir a ver a una banda que aquí lo quieras o no es prácticamente desconocida. De forma injusta, en mi opinión. Nada más entrar salieron a escena unos teloneros de los que admito no me enteré del nombre y que estuvieron sobre las tablas cosa de tres cuartos de hora más o menos. El grupo en sí sonaba bien, eso lo admito, pero parecía tener una alarmante falta de ideas, lo cual hacía las canciones previsibles y finalmente muy similares unas de otras. Tocar, tocan bien, suenan a grupo, pero necesitan urgentemente a alguien que les ayude a componer, en mi opinión.

Finalmente el grupo principal salió con cosa de casi una hora de retraso respecto al horario previsto, pero esto es España, ¿qué os creíais? No me pidáis que os relate los temas que tocaron y este tipo de cosas, porque jamas (y digo JAMAS) me acuerdo de ningún nombre de ninguna canción que no sea de Guns n Roses. Solo señalar que el repertorio estuvo muy nivelado entre el primer y el segundo album. Posiblemente la balanza finalmente se decantó más por el primero, aunque por poco. En cuanto a cualidad técnica, que es a fin de cuentas, por lo que merece la pena ir a los conciertos, debo decir que la banda es IMPRESIONANTE. Así, con mayúsculas. Suenan tremendamente conjuntados, potentes, con un virtuoso a la guitarra que al tiempo tiene el buen gusto de no acaparar todo el protagonismo, una base rítmica bajo-batería contundente y en absoluto repetitiva, que es algo en gran medida de lo que pecan muchos otros grupos en los que el virtuoso es el guitarra, y un cantante con una personalidad y unas tablas más allá de toda duda, cosa que quedó más que demostrada con el tema acústico que se marcó en mitad del concierto. De hecho me sorprendió bastante tanto este detalle como su versatilidad para afrontar distintos tipos de temas. Lo único que se le puede echar en cara, siendo un poquito pejigueros, es su escasa comunicación con el público en la primera mitad del concierto, pero esto no dejan de ser más que detalles en el conjunto final.

Resumiendo, un muy buen concierto que dejó a su vez un muy buen sabor de boca al que esto suscribe. Desde luego cuando se pasen otra vez por aquí me acercaré a verles de nuevo.

1 comentario:

vcucho dijo...

La música y los conciertos.Es lo tuyo tronco.