miércoles, 30 de diciembre de 2009

Mi impresión sobre... 100 balas


¿Y si alguien os hubiera jodido la vida a base de bien? ¿Y si tuvierais oportunidad de acabar con ese alguien sin miedo a recibir ningún tipo de castigo? ¿Seriáis capaces de hacerlo? ¿Os lo plantearíais mucho o actuaríais inmediatamente?

Esas preguntas son las que según el guionista Brian Azzarello pusieron en marcha el comic que hoy presento aquí. Esta colección que acabó recientemente en USA pertenece (o pertenecía) como tal al sello Vertigo de DC que es, para los que no lo sepan, un sello en el cual se editan obras que no pueden entrar en el universo DC debido a su temática más adulta, amén de mantener los derechos de los comics en sí en manos de los autores. Es lo más cercano al comic independiente americano pero editado y distribuido por una gran editorial. Todas las ventajas de lo primero y ningunos de los inconvenientes de lo segundo, lo cual hace que Vertigo se halla convertido en todo un referente en el panorama del comic yanqui, que viene a ser lo mismo que decir que es un referente en el panorama del comic mundial, ya que ha dado muchas alegrías a los aficionados de medio mundo al tener acceso sencillo a comics de temática diferente a la superheroica y con una media de calidad bastante elevada, por lo menos para el que esto suscribe.

Bueno, al tema. El comic se extendió durante cien números en EEUU, que conforman una historia global perfectamente planificada que una vez leída en conjunto da una sensación de unidad y coherencia que para sí quisieran muchos de los libros o películas que triunfan entre el gran público. Evidentemente para conseguir esto Azzarello tuvo que plantear una historia de larga duración que diese cierta sustentación alas historias cortas en las que se plantean directamente los temas acerca de la venganza, la violencia y la responsabilidad que a él le interesaban desde un principio. No quiere decir esto que la historia global no se plantee estos temas, sino que son más tangenciales y sutiles (por pura necesidad de la narración) que en las historias cortas ya mencionadas. A los lápices está el excelente Eduardo Risso, todo un lujo gracias a su sorprendente habilidad narrativa y su asombrosa capacidad para caracterizar a los personajes, algo fundamental en un comic como este, que muestra a unos personajes con personalidades muy fuertes y bien delimitadas. En este sentido, evidentemente, la ovación se la debe llevar Azzarello, ya que elabora unos diálogos convincentes sobre todo por la enorme riqueza y variedad de expresiones y formas de conversar que usa dependiendo donde ocurra la historia, que personaje hable y cual es su nivel socio cultural.

Es evidente que hay que atender a este comic en dos niveles. Por un lado, las historias cortas que van conformando un tapiz en principio aparentemente inconexo y que poco a poco apreciamos como atienden a un plan perfectamente preconcebido, y por otro la macrohistoria en la que están imbricadas las mencionadas historias cortas. En principio las microhistorias el único nexo en común que tienen es la aparición de un hombre de traje negro que da al personaje protagonista un maletín con 100 balas (de ahí el título) irrastreables para que se vengue si lo desea de aquel que le dejó, por unas circunstancias u otras, hecho unos zorros. La forma de introducir al personaje del traje (que más tarde descubriremos que se llama Philip Graves) es sencillamente magistral, y la forma de dosificar la información para que sepamos quien es y por qué hace lo que hace, está realmente bien llevada y deja siempre al lector con ganas de más, que al fin y al cabo es una de las condiciones sine quanon de estos comics orientados hacia la serie negra.

Ahora bien, una vez que sabemos el porque de la historia principal hay que reconocer que el asunto flojea, no porque aburra ni mucho menos (está demasiado bien contado, a todos los niveles) sino porque el esquema general que nos hacemos no es demasiado original, sino más bien una historia bastante normalita y predecible. ¡Ojo!, no estoy diciendo que esto haga que sea un mal comic, ni mucho menos, sino que quizá la historia global sea bastante menos ambiciosa de lo que en principio parecía. Eso sí, la forma de escribir de Azzarello hace que no podamos sino disfrutar de cada linea y de cada viñeta, aunque olamos desde la mitad de la cole (o incluso antes) que aquello va a acabar como el rosario de la aurora.

Donde si dan el do de pecho los autores son precisamente en las historias cortas que nos llevan, casi sin que nos demos cuenta, a confluir en la historia río principal. La variedad de personajes, situaciones y momentos de cada una, además de unos diálogos que nos introducen en el sórdido mundo que el autor nos quiere mostrar, hace que sean una auténtica delicia de principio a fin, y que no sobre ni falte nada en ninguna de ellas. Son historias callejeras, duras y descarnadas, con personajes coherentes y situaciones límite que muestran una gran variedad de respuestas a las preguntas del principio del post, además de a otras que surgen en un momento u otro.

En resumen, un comic muy, pero que muy recomendable que puede gustar a todo el mundo y que a pesar de su extensión se hace hasta corto del gustazo que es leerlo. Si no es perfecto si que merece un notable bien alto.

He dicho.

2 comentarios:

Shane 54 dijo...

ehh
si solo es notable alto no lo leere
pero tiene letras??

yo, sólo miraría los dibujos

vcucho dijo...

Pues no sé si sería capaz de meter una de esas 100 balas a alguna persona, o directamente la 100.
La verdad es que también dependerá de lo que te hiciera,no?
Porque si uno llega tarde a la cita,no creo que fuera motivo.Porque por esa regla de 3 nosotros habríamos tirado más balas en toda la saga de arma letal,jejeje.
Referente al comic, parece que los personajes necesitan más de 100 balas,pues nada espero que este blog no acabe como el rosario de la aurora,porque con 10000 casquillos llenos de pólvora.....